Las fascitis plantares hoy en día ocupan entre el 11% y 15% de todas las lesiones que suelen presentar los pacientes que van a consulta, es una afectación que ha ido en aumento en los últimos años, y a nivel deportivo afecta a corredores y pacientes entre 40 y 60 años. Se manifiesta con un dolor en el talón, que implica la inflamación de una banda gruesa de tejido que atraviesa la planta del pie y conecta al hueso con los dedos de los pies. (Fascia plantar).
Existen muchos tipos de fascitis plantar, pero la entesopatia plantar, la cual posee su inserción en el tubérculo posterior del calcáneo, es donde suele ser más complicado aliviar o quitar la sintomatología, tiene una función esencial al caminar y es una de las principales responsables de mantener el arco plantar, aparte de absorber y devolver la energía que se produce cuando el pie impacta contra el suelo. Ahora bien esa fascitis o entesopatia plantar cursa con un dolor en el talón punzante muchas veces provocado por el espolón calcáneo el cual es muy doloroso. Pero no hay que dejar pasar por alto la neuritis plantar ya que cursa con ese síndrome miosfacial que puede estar presente.
En importante dentro de este abordaje, reconocer las diferentes entidades y se hace referencia a los nervios que inervan al pie, así tenemos al nervio safeno, el sural y los propios del pie el plantar externo e interno y ramas del calcáneo, estos últimos están relacionados directamente con la entesopatia plantar.
Diagnóstico, se suele presentar hasta 22 cuadros clínicos de fascitis plantares, que en muchos casos podemos llegar a equivocarnos porque puede asociarse a otra patología. Por tanto el diagnóstico diferencial es importante. Ya que se habla de la etiología del dolor de talón y hay muchas desde la zona plantar, medio pie y parte posterior y dependiendo de ese dolor vamos a ver muchas alteraciones que cursan con dolor, pero no todo tiene que relacionarse con la fascitis plantar.
Que debemos tomar en cuenta a la hora de desarrollar un protocolo de diferentes técnicas para posteriormente aplicarlas a una lesión o una disfunción, bien sea por sobre carga o por otro mecanismo lesional. Esta interrogante surge porque ya se está usando en la práctica clínica de manera habitual técnicas invasivas en distintas patologías, en este particular se hace referencia a un protocolo combinado de técnicas como la electrolisis y la neuromodulacion y un protocolo de cargar y ejercicio terapéutico en la fascitis plantar. Pero en el caso de la técnica invasiva EPI, es un tratamiento de fisioterapia invasiva dirigido a fases avanzadas y crónicas de la fascitis plantar, este tratamiento consiste en la aplicación de una corriente galvánica de baja intensidad, mediante una aguja aplicada con guía ecográfica directamente sobre los tejidos lesionados para regenerarlos de forma natural, con ello activamos un proceso de autoreparacion fisiológica.
De lo anterior se llega a la conclusión que la mejoría clínica de una patología como la inflamación de la fascia no solo se da a nivel de la morfología sino también a nivel del sistema nervioso, es por ello que mediante la técnica invasiva EPI tenemos un amplio campo de actuación en cuanto al sistema nervioso central, el dolor y la función muscular en cuanto a la activación de esa estructura, de tal manera siempre se debe tener en cuenta la fiabilidad de un modelo de trabajo combinado, ya que esto va a favorecer al tratamiento del paciente.