La epicondilitis lateral se debe a la inflamación y microdesgarro de fibras de los tendones extensores del antebrazo, los síntomas incluyen dolor en el epicondilo lateral del codo, que puede irradiarse hacia el antebrazo, el diagnóstico es por exploración y prueba de provocación, así pues los músculos y los tendones del antebrazo se dañan debido al uso excesivo, al repetir los mismos movimientos una y otra vez y esto produce dolor y sensibilidad, esta epicondilitis es también llamada codo de tenista, dentro de la anatomía tenemos que la articulación del codo está formada por tres hueso, el hueso del brazo (el Humero), y los dos huesos del antebrazo (radio y cubito), existen también unas protuberancias óseas en la parte inferior del humero llamadas epicondilos y a la protuberancia exterior o lateral del codo se le llama epicondilo lateral.
Existen estudios recientes que demuestran que la epicondilitis lateral a menudo se debe al daño de un musculo específico del antebrazo y ese es el extensor radial corto del carpo, el cual ayuda a estabilizar la muñeca cuando el codo esta recto. Pero este musculo puede tener un mayor riesgo a dañarse debido a su posición, ya que a medida que el codo se flexiona y extiende, el musculo se frota contra las protuberancias óseas, lo que puede provocar desgaste gradual y desgarro del musculo con el transcurso del tiempo.
Haciendo referencia al deporte pádel, este se describe como un deporte de raqueta o pala en el que oficialmente se juega en pareja, comenzó a tener auge en argentina y posteriormente en Europa y específicamente en España después del futbol, ahora bien el pádel como deporte surgió en los años 1990, y tuvo gran aceptación por parte de un gran número de participantes, por lo que ahora se practica cada vez más, pero si el deportista que lo practica no posee una buena alimentación y una preparación física adecuada, puede llegar a lesionarse y presentar la epicondilitis lateral, la cual como ya se mencionó su principal síntoma es el dolor, que va ocasionar una disminución a la tolerancia de la carga, disminución de la función y por ende del afectación del rendimiento deportivo, afecta en las AVD, llegando a ocasionar la baja deportiva.
Cabe destacar que existen varias teorías del porque se produce esta lesión, y una de ellas es el desequilibrio entre la síntesis y la degradación de colágeno después del ejercicio, es decir, que a las 24 horas posterior al ejercicio se evidencia el comportamiento del colágeno, un balance negativo del mismo, el cual no llega de nuevo a su estado normal si se está ejemplo en una competición y es muy probable que el tendón acabe sufriendo patologías.
Por consiguiente en cuanto al tratamiento se debe tomar en cuenta, muchos factores en el examen físico, pruebas y diagnostico ya que de eso va a depender si el abordaje es no quirúrgico, quirúrgico o como ya se ha venido trabajando se puede aplicar un protocolo de técnicas invasivas como lo es la EPI, de tal manera que una buena exploración física incluyen como se mencionó muchos factores y entre ellos los más importantes es el desarrollo de los síntomas y más en la participación en el deporte. Se deben aplicar diferentes pruebas, test y estudios complementarios desde una RX simple hasta una EMG, ya que existen muchos nervios que envuelven el codo y los síntomas de compresión son similares al del codo de tenista.
En cuanto al tratamiento, pues entre el 80% y 95% de los pacientes tienen éxito con un tratamiento no quirúrgico, el cual incluye descanso, terapia física por parte de fisioterapia, ejercicios específicos para fortalecer la musculatura del antebrazo y la aplicación de esteroides en mucho de los casos, pero hoy en día existen nuevos avances que van desde la aplicación del PRP hasta la EPI, esta última técnica invasiva cada día tiene más aceptación para tratar los síndromes de dolor crónico, como es el caso de las tendinopatias crónicas, pues la eficacia y el tiempo de recuperación en las patologías de tendón ha arrojado grandes resultados, en el caso del codo de tenista la técnica EPI es eficaz a largo plazo en comparación con tratamiento de infiltraciones.
Así pues que teniendo en cuenta la efectividad y los resultados debemos plantearnos en modificar con nuevas tendencias terapéuticas la aplicación de los protocolos mediante la técnica EPI.