El Abordaje neurofuncional, consiste en intervenciones rehabilitadoras con el fin de mejorar los trastornos neuromusculares, de tal modo que sabiendo que el aparato locomotor está formado por el sistema osteoarticular 8huesos, articulaciones y ligamentos) y el muscular (músculos y tendones), las extremidades inferiores son las encargadas no solo de soportar el peso del cuerpo, son las principales responsables de su desplazamiento, lo que sin duda las conviertes en candidatas a sufrir lesiones y traumatismos, estos últimos hacen referencia a cualquier agresión que presenta el organismo como consecuencia de la acción de agentes físicos o mecánicos (caídas, sobrecargas).
En el deporte como el futbol las lesiones en miembros inferiores son muy frecuentes, ya que de por si es un deporte lesivo por gestión de fuerzas, las múltiples acciones de alta intensidad no cíclicas y no predeterminables, y con un calendario muy denso que no ayuda a recuperarse muy bien, dentro de esas lesiones que suele sufrir el miembro inferior están las de carácter intrínsecos, el cual es un estímulo externo que supera mecánicamente la respuesta SN, en fuerza y en velocidad. Esto quiere decir, por ejemplo tras una lesión en tobillo un esguince, encontramos que la magnitud del daño estructural está directamente relacionada con el estado neurofuncional del individuo.
Ahora bien para conocer con exactitud la lesión, el mecanismo o tratar de prevenir la lesión, debemos conocer cómo trabaja la musculatura y contextualizar la misma de manera global y local, así tenemos que la global es la encargada de la movilidad, la local es la busca la estabilidad y no tiende a lesionarse tanto como la global, ya que esta tiene una disposición en el cuerpo de manera superficial y la local es la musculatura profunda y en cuanto a su composición la global posee baja densidad en husos neuromusculares y la local posee una alta densidad de los mismos. Esto quiere decir que en el momento de realizar un abordaje a nivel profundo por ejemplo, se hace más fácil la estimulación y si es lo contrario en lo superficial se logran más rápido los resultados terapéuticos.
De tal manera que antes de que ocurra la lesión muscular esta viene precedida por una disfunción y suele darse en los movilizadores globales, como el cuádriceps, los isquiotibiales, aductores a causa de los estabilizadores locales el glúteo menor, obturador externo e interno, cuadrado femoral, plantar, y el poplíteo.
Pero para prevenir la lesión debemos saber detectar una disfunción y esto se puede realizar mediantes pruebas o test que sean eficaces, rápidas de sencilla producción, contando siempre con la colaboración del paciente y su evolución para poder seguir trabajando sobre ello. Así pues debemos realizar o aplicar test de movilidad de manera pasiva, para conocer el estado muscular y articular, sumando a la ves test neuromusculares reactivos, ya que esto nos va a suministrar la información de cuánto tarda su sistema nervioso central en responder. Realizamos también test coordinativos buscando la calidad y ejecución del movimiento, es decir, la funcionalidad.
En consecuencia a lo anterior le sumamos una exploración general que involucre la valoración de sensibilizaciones, edemas, cicatrices, lesiones antiguas que nos permita encontrar y valorar que sucede en el sistema nervioso central, para que el abordaje neurofuncional ayude a prevenir las lesiones.